lunes, 25 de enero de 2016

LA FARMACIA JAUREGUI DE ORDIZIA Y SUS ANECDOTAS.

Anécdotas de la FARMACIA JAUREGUI de ORDIZIA

Suceso del chocolate envenenado:

Uno de los episodios mas extraños de la historia sanitaria de Ordizia, el lo ocurrido el verano de 1876 .
Se observó entonces que había en Ordizia, como en los lugares mas cercanos gran numero de enfermos, los cuales presentaban síntomas como de envenenamiento.

Se sospechó de envenenamiento de alimentos en malas condiciones, se analizaron muchos alimentos pero no se encontró en ellos nada que pudiera ser origen del mal.
En tanto el numero de víctimas iba en aumento , lejos de disminuir.

Sucedia con frecuencia que el enfermo entraba en convalesciencia, y se le decía que podía tomar chocolate, por creer que seria uno de los alimentos mas apropiados que pudieran suministrarse, pero lejos de ser así, resultaba que cuando lo tomaban se agravaban nuevamente el enfermo.

Pasaban los días , y el estado sanitario no mejoraban en Ordizia ni en los lugares de su inmediación que tenían costumbre de acudir a su mercado.
El Medico titular Don Marcelino Aguirrezabala, lo califico como cólico nefrítico o de los pintores, en comunicación de 5-8-1876 .

Una verdadera casualidad hizo que se descubriera el origen de aquel mal.

Un hijo de la villa, Francisco Arregui, chocolatero de oficio, estaba velando el cadáver de una hermana del farmacéutico Don Anselmo Jauregui, cuando al amanecer trajeron una jícara de chocolate, se le ocurrió al vaciarse en un vaso de agua, vio con extrañeza que el chocolate se iba al fondo, al comunicarlo a los presentes la extrañeza del caso, se analizo el chocolate por los presentes y el análisis de Don Anselmo dio la presencia de minio que por su peso, hacia que el chocolate se fuera al fondo.

Gracias a Arregi, se dio con la causa de todos los casos de intoxicación que venían presentadose, y se descubrió que el chocolatero Fermin Aramburu que era el mas acreditado de Ordizia y sus contornos, daba minio al chocolate para que saliese de mejor color.

Un viajante de comercio le habia ofrecido el genero haciendo de el grandes ponderaciones.

El 7/8/1876 se decomiso todos los artículos, y se corto de raíz el mal.

Entre 1874 y 1898 sabemos que era la única farmacia y de ella se surtían los pueblos vecinos a excepción los de Ataun y Beasaín.

Don Anselmo ejercía con escrupulosidad y enorme competencia ,su profesión de farmaceutico y como especialidad fabricaba en los sótanos de su rebotica, un betún para calzado, muy conocido y de gran fama no solo en la provincia, sino en muchas partes del reino y celebrado sobre todo por el benemérito cuerpo de la Guardia Civil , importante cliente y gran propagandista de su producto ,por su prurito de llevar siempre el calzado como un espejo.

Cuando habia de reponer las existencias de betún, Don Anselmo, siempre solo y altas horas de la noche ,se encerraba a cal y canto en los sótanos y producía su maravilloso lustre, cuyo secreto de fabricación guardaba en su arca insondable de su prodigiosa memoria.

Este betún fue premiado en la exposición aragonesa de 1868.

Fallecido siendo alcalde de la villa en 1906,le sucedieron dos de sus hijos farmacéuticos. Don José Jauregui Gorostidi y Don Domingo Jauregui Gorostidi, siendo muy celebradas las tertulías de rebotica que se realizaban alrededor de una partida de tresillo entre los jugadores y los mirones.

Voy a relatar las anécdotas mas celebres sobre el mundo de la rebotica, que se celebraron en la tertulias.

Una tarde a finales de 1916 tres tertulianos Don Juan Ramón Munduate (relojero),Don José Miguel Barandiaran(sacerdote y antropólogo).Don Domingo Jauregui, decidieron hacer una radio de galena, cogieron galena del monte y en unos días la tenían hecha ,colocaron una antena enorme en la Botica, vieron que podian oír los partes de la primera guerra mundial, de París y de Londres .

Estos partes se comentaban en la tertulia diaria y se informaba al pueblo con un cartel a la entrada de la botica, de esa forma se enteraban de las victorias y derrotas, antes que la prensa.

Al pasar los meses, la policía se enteró y vino a detenerles, pensando en posibles espias, cuando vieron la radio les costo creerse que con aquella radio, pudieran captar los partes de guerra, les fue incautada la radio y se les prohibió volver a oír y dar los partes.

Por mediación de José Miguel Barandiaran, vinieron a la tertulia conocidos suyos como Telesforo Aranzadi y años mas tardes Julio Caro Baroja.

Una madrugada de un mes de septiembre, llamaron insistentemente y con gran impaciencia la puerta de la casa y Doña Fermina Gorostidi madre de José y Domingo que tenia un dormir muy ligero, despertó a Domingo, mientras ella se asomaba a la ventana de la casa y preguntaba que era lo que quería a esas horas tan intempestivas.

La impaciente, que era echecoandre de un caserio, le contesto al parecer con una voz entrecortada: ! Baje pronto, pues “este” no puede mas¡ .

Doña Fermina apurada le comunico a su hijo esto, mientras el se vestía, bajo corriendo a la puerta para consolarle en su desesperación a los presuntos heridos o enfermos , al abrir la puerta se encontró que la salerosa echecoandre a las cuatro de la madrugada, traía la media fanega de trigo que le correspondía entregar para pago de la conducción anual de la botica y el personaje que ya no podía aguantar mas, era un hermoso burro de cuatro patas, su compañero de trabajo.

Una persona recibió de Don José Jauregui unos favores y una buena tarde de otoño desde la ventana de la rebotica vio acercarse a casa, con un paquete cogido con las dos manos .

Vaya, pensó, esa pobre mujer me trae un obsequio, acordándose de los excelentes “mondejus” que en esa época se saborean. Y, efectivamente la buena mujer entró en la farmacia y le entrego el gran paquete, al mismo tiempo que decia:

¡Don Jose! Por favor, analice esto, pues no debo de estar nada bien.

El miedo que demostraba la buena mujer estaba en paragon, con el aroma del paquete que tenia un fuerte perfume que dejaba pálida la faz.

En aquellos tiempos en que la penicilina eran las sanguijuelas, para salvar a muchos enfermos del corazón, con la sangre cargada, se les aliviaba con las sanguijuelas, que nos traía un casero de Urdían (Navarra), que venia andando por carretera y monte por Alsasua,cada 15 días.

Un dia dimos unas sanguijuelas a una casera, para que las pasara por agua y le pusiera al hij ,que estaba cargado de sangre.

Volvió mas tarde a por mas sanguijuelas y al preguntar como le había ido, respondio muy bien, muy bien, dice que estaban riquisima,se las hice pasando por agua por la sartén y le salió estupendas.
Otro dia estando de tertulia entro un casero, salió Don José atenderle, este le pidió en sunsurros “quiero polvos para enamorar, me han dicho que haceis”.

Don José que era bromista, le prometio que le haría, le preparo una papeleta con un poco de aspirina mas azucar, se la dio y le recomendó que la echara en una bebida.

Lo comentó el caso en la tertulia y todos esperaban que el casero volviese y contara lo sucedido, al mes apareció y Don José le pregunto como le fue, el casero le contesto, fenomenal, con una papeleta basto, fue radical.

A la tertulia asistía un medico Don Francisco Gómez muy conocido, por sus anécdotas, el solía ir a desayunar en una panaderia, entro en ella pidió algo para comer que tengo hambre, lo que sea, imposible le respondió el panadero, tengo que sacar la hornada y solo tengo huevos, pues pones un par le respondió, a toda maquina saca la sartén echa el aceite y los huevos y la coloca a la entrado del horno,y se fue hacer las tareas, en aquellos tiempos las cucarachas andaban como Pedro por su casa y dos de ellas cayeron el la sartén ,se dio cuenta un empleado y se lo dijo al jefe, que le contesto ahora no puedo ya quitara las cucarachas el.

Sacaba la hornada y metía la siguiente al rato le vieron comer con ganas .Que tal están los huevos le dice el panadero.

"Sabrosos, lo único es que los ajos estaban demasiado quemados"

Estas y otras anécdotas se contaban en las tertulias de la botica después de la guerra civil se fueron poco a poco perdiendo el aliciente de las tertulias.

Ahora atienden la Farmacia dos nietos de Don Domingo,Don Iñigo de la Cuesta Jauregui y Doña Clara Jauregui Nazabal, siendo la quinta generación de Farmacéuticos de la familia Jauregui.

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