Cita ante el cuadrilátero, que al menos en dos combates asistió al KO por la vía rápida, victoria que de esta misma manera se anotaba el pasaitarra Ivan Guzmán, para satisfacción de la parroquia.
La Monumental de Idoiaga, revalidaba su éxito. El sábado se llenaba hasta la bandera para asistir, al VI Campeonato de fútbol vaca II Memorial Johan Usabiaga y la taquilla, liquidaba todo el papel a la venta, es decir, las 1.000 localidades.
El domingo, magnífica entrada a su vez, para contemplar el espectáculo 'Magos de la equitación', que ponía en escena la asociación vallisoletana, 'El Centauro'.
El Memorial hacía buenos los pronósticos y asistía a un nuevo triunfo de Bekause. El ganado dio más de un revolcón. Los mismos astados que ayer, tras la Matutina dejaban algún lesionado.
A la tamborrada, plato fuerte del programa santanero, le costó arrancar. En cualquier caso, el desfile resultó señorial y la retreta, con nuevo barril y diferente sonido, perfecta.
La Rondalla triunfaba, una vez más en el concierto santiaguero, y le helaba la sangre al bueno de Imanol Urkiola, al que, digamos que a 'traición', homenajeaba a pie de escenario. Y claro, el chaval no está para sustos.
Y hablando de pronósticos, la cátedra acertaba y Gorka Izagirre se imponía en la Prueba Villafranca, que brindó un magnífico espectáculo.
La matutina, convertida desde hace unos pocos años en fiesta de disfraces, desde primera hora de la tarde del día de Santiago, volvió a resultar masiva, ingeniosa, y también a acumular excesos: de decibelios, de cristalería rota, de invasión de espacios y de horario, olvidándose de que las fiestas son para todos, etc. Además, hasta bien entrada la mañana, el paseo Joseba Rezola (Vial Sur) estuvo cerrado al tráfico porque todavía había ganas de celebración.
La Banda de Irun, un icono, que dirían los modernos, de las fiestas, acuñado a lo largo de estas cuatro últimas décadas. Querida y siempre esperada en la matinal del día de Santa Ana, se sintió ofendida.
Habrá que pensar que hubo mala suerte, porque como se trate de cambio de tendencia, apaga y vámonos.
El autobús que trasladaba a la delegación irundarra fue recibido con lanzamiento de un vaso de chocolate, al que siguió el impacto de varias botellas para acabar con las puertas del autocar desencajadas. «Nos faltó muy poco para marcharnos», decían los componentes de la agrupación musical. «No nos había ocurrido nada parecido nunca».
Superado el mal trago, pesó más la complicidad fraternal tejida a lo largo de tantos años. Y a partir de ahí, todo discurrió sobre ruedas; kalejira, procesión y concierto. En la Plaza, tras el último son de la polka, 'La hija de Eva', con Eduardo Iglesias a la trompeta, como no podía ser de otra manera.
La agrupación que dirige Iñaki Gurrutxaga, no sólo se llevó una grandísima ovación sino el cariño de los cientos de ordiziarras allí congregados.
La cuestión se zanjaba, con un, «el año que viene volveremos». Por las calles, un grupo de cabezas rapadas, por lo visto goierritarras, montando bronca. Peligro rodante a la vista.
Y la tarde se tiñó de valor: José Ramón Antoñana; 'Txatarras de Mendaza', Isidro Fernández; 'Mourinho de Altamira', como diestros, acompañados por su cuadrilla: Jesús y Jesús Angel Llorente y Juan Carlos Aparicio, con Javi Villar, como apoderado, y Facheti junior, padre e hijo, como manolas, inscribían sus nombres en la historia festiva local ya que, paseíllo incluido desde la Plaza Mayor hasta la Monumental de Idoiaga, participaban en la primera becerrada, con picadores, que tiene lugar en el coso local. Ruedo en el que sumaron todos los embistes que puede propinar un astado: cogida, voltereta, revolcón, cornada, etc.
Hoy les tiene que doler hasta el alma. La grada, animada por Aitor Madrazo, se lo pasó pipa.
Y hoy, día de santaneros, por añadidura de los casados, y de las cuadrillas.
Finalmente, el sábado, cierre con la tradicional tirada de pichón.
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