lunes, 24 de octubre de 2011

CORAL - Capítulo 6


Capítulo 6


Autor Félix Gracia
Resumen de lo anterior:
A finales de Septiembre, Félix decide regresar a Logroño y ponerse a trabajar. Su madre le busca una patrona y a través de una amistad de su familia, consigue que le hagan una prueba en una oficina. Es admitido y comienza como aspirante de Auxiliar Administrativo en el mundo de los papeles. No deja del todo los estudios y los ratos que puede prepara por libre Comercio y Contabilidad. El salario que gana es muy reducido y apenas le llega para pagar la patrona. Con las ayudas de su tío José, puede ir tirando para adelante y empieza a plantearse seriamente que tendrá que hacer pluri-empleo si quiere vivir por sus medios e independiente. Dentro de la oficina le ofrecen un trabajo como delegado comercial para la plaza, de las perchas de madera de colgar la ropa que hacen en uno de los talleres de su Jefe. La experiencia le servirá para relacionarse con personas del comercio de Logroño y para que le ofrezcan un nuevo trabajo, fuera de horas, en la oficina de un acreditado representante de muebles de madera. Cierto día aparece a visitarle, Mari Carmen, la madrileña de las fiestas de Estella. Félix, está en esa edad en que todas las chicas le gustan, aunque sigue profundamente enamorado de Coral, de la que no ha sabido absolutamente nada desde hace mucho tiempo. No la olvida pero, Mari Carmen es un terremoto y muy lanzada.
¿Qué puede pasar…?
...Siguieron los besos, los abrazos y las caricias. Mi mano está ya en sus muslos y resbala entre ellos por la finura de su piel. Estoy rojo como un tomate y empiezo a sudar algo. Mi otra mano, a pesar de la incomodidad que supone el brazo de la butaca que nos separa, me la ha llevado debajo de su jersey. Sobo su sostén y retuerzo sus pechos lo que me es correspondido con otro montón de besos.
No hablamos nada. No tenemos palabras. Solo estamos para darnos gozo el uno al otro.
Ahora la mano que se había perdido por sus muslos está alrededor de sus braguitas. Noto  como su respiración aumenta y es acompañada de unos levísimos jadeos cuando mis dedos se aproximan cerca de su sexo...
A la salida del cine y muy agarraditos le acompaño al portal de Marqués de la Ensenada. Estamos muy calientes y buscamos intimidad. La tenemos en el rellano de la entreplanta donde seguimos dándonos un buen lote. Mari Carmen me obsequia con una felación que me deja asombrado y a la vez relajado.
Esta tía, ¡es la hostia!…
Hablamos de cómo quedaremos para el día siguiente y le propongo que vayamos a mi piso.
-  Este fin de semana estoy solo y podemos aprovecharlo para estar tranquilos y escuchar música. Ya compraré algo para picar y beber.
Mari Carmen asiente con su cabeza y nuevamente me deja sorprendido cuando muy seria me dice:
                   - ¿tienes condones?   - pues… ¡no!  -le respondo-
- compra una cajita que los vamos a necesitar - me dice-
Pienso en lo directa que es y que no se anda con rodeos y que si me manda comprar “globitos” es que tiene la idea en su cabeza de que haya "folleteo".
Sábado y domingo los pasamos prácticamente en mi piso y nos dedicamos con frenesí a las labores previstas.
La primera vez que la penetré fue un total fracaso pues después de ponerme la protección y de ir despacito, cuando justo comenzaba a buscar acomodo en su interior, me vino una sacudida que hizo que me derramara al instante.
¡Qué flojo soy! –pensé-
La segunda vez, fue todo mucho mejor. Nos tomamos más tiempo, estaba menos excitado y más descargado y fui con mucho más cuidado. Solamente que cometí un fallo monumental. En el momento de eyacular exclamé:
- ¡Oooooh, Coral mi amor…¡
La reacción de Mari Carmen no se hizo esperar.
Airadamente y sin dejarme reposar se deshizo de mi abrazo y poniéndose en pie me gritó:
- ¿Cómo has dicho? … ¿He oído bien y me has llamado Coral ?..
- ¡No!… ¡No sé!… ¡Creo que no!…
-Sí, estoy segura, lo he oído muy bien, me has llamado Coral, ¡no me engañes!…y sé quién es Coral, es la gitana que en fiestas de Estella andabas detrás de ella y que según me dijiste no la habías vuelto a ver. Lo que tampoco me has dicho es, por lo que veo, que estás chaladito por ella y que la tienes en tu recuerdo muy presente. Mientras lo hacíamos, ¿no estarías pensando en que estabas con ella ?...
 -  No, te lo juro que no. Ha sido un lapsus. -le contesté-
 - Que cara tienes, con que un lapsus, eh ?...
   - De verdad, Mari Carmen, créeme. He estado en todo momento contigo. Ni un instante he pensado en ella.
 - ¡Claro!…menos cuando has llegado al orgasmo…que se te ha ido la cabeza y lo demás.
 - Por favor, Mari Carmen, no lo estropees. Ha sido precioso hacer el amor contigo. Nunca lo había hecho. Había tenido alguna escaramuza pero sin llegar a completarlo.
 - Ya me imagino, con Coral, ¿no ?...
 -  ¡Sí!
 - Pero, ¿Tú me quieres, Félix? ¿Acaso estás enamorado de mí? ¿Cuál es tu juego? ¿Cuáles son tus sentimientos? ¡Sé franco, conmigo!
 - No sé que puedo contestarte y tampoco como explicarme. Estoy hecho un lío y tengo un montón de dudas. Tú, Mari Carmen, me atraes, me gustas y siento más que un cariño especial por ti. Me has dado cosas que ninguna mujer lo había hecho y el tiempo a tu lado se me pasa volando. Eres agradable, mágica, guapísima, estás super buena y no me has hecho ascos a nada y me lo has dado todo.
- Y entonces, estando a tu lado, ¿a que aspiro?, ¿a ser tu novia ó a ser la putita que te relaja?...
- Por favor, no digas eso. Aspiras a lo mejor pero tendrás que esperar su momento. Yo ahora, no estoy del todo seguro y no puedo comprometerme a nada.
- ¡Bien!, pues ahora escucha lo que te voy a decir y espero que no te siente mal y si te sienta mal tu problema es: A las madrileñas nos apodan “gatas”. Somos como esos pequeños felinos, nos dejamos querer, acariciar y todo eso, pero cuidado ¡si sacamos las uñas somos peligrosas! Cuando yo te conocí, en las fiestas de Estella, me llamaste la atención por la pinta de “julay” y de seminarista que tenías. Hice una apuesta con mi cuadrilla a que te llevaba al huerto, pero se metió por medio tu Coral y se fastidió la apuesta. Después de las fiestas, al regresar a Madrid, no dejamos de escribirnos y tus cartas me hicieron conocerte un poco mejor. Tu constancia y las cosas que me decías hicieron que yo me aproximara a ti de otra manera muy distinta, aún estando lejos. Comencé a quererte un poquito y a sentir las ganas de verte y estar contigo, pero mi querido Félix, había un problema del que todavía no me he liberado era la distancia y mi novio. ¡Sí, Félix!, tengo novio formal en Madrid desde hace dos años. Lo conocí en el Instituto y se llama José Manuel.

 Yo tengo un problema y tú otro mayor que es tu indecisión.
- Entonces, ¿te has acostado conmigo para cumplir tu apuesta? -le pregunté-
-No, ni mucho menos, me he acostado contigo porque así ha surgido. Me apetecía y nada más. Quiero que tengamos un recuerdo mutuo, un recuerdo muy íntimo y personal de los dos y estoy feliz de haberlo hecho contigo. Yo no voy por ahí acostándome con el primero que aparece, ¿pero tú que te has creído?
-¿También te acuestas con tu novio? -le solté a bocajarro-
-Esta pregunta que me acabas de hacer es un golpe bajo que no esperaba de ti. Me duele que me la hayas hecho y la estaba esperando. No te la voy a contestar, piensa lo que te venga en gana. Solo quiero decirte que este fin de semana has sido mi amor mucho antes de que fuera a buscarte a tu oficina. 
               - Perdona, no he querido ofenderte
       - Pues lo has hecho.
Después de abrazarla y besarla repetidas veces, sin ser correspondido, Mari Carmen, se vistió apresuradamente y salió del piso dando un portazo.
...continuará

1 comentario:

  1. me encanta esta historiaaaa!!!! nunca me voy a aburrir de leerla!!!!! :)

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