martes, 8 de marzo de 2011



Luis Urteaga Iturrioz según Esteban Elizondo Iriarte

Una constante en Esteban Elizondo ha sido la de contribuir al perfecto mantenimiento de la extraordinaria colección de órganos barrocos y románticos de la provincia de Guipúzcoa.

Al mismo tiempo investiga y da a conocer la música que fue compuesta para estos instrumentos. Tenaz, minucioso e incansable, esta tarea de difusión le ha llevado a dar conciertos por toda Europa, Estados Unidos, Japón, Méjico y Brasil y a grabar por primera vez la integral para órgano de Jesús Guridi con el sello Aeolus.
Ahora nos muestra con la misma ilusión de siempre una interesante selección de las obras para órgano de Luis Urteaga.

Luis José Urteaga Iturrioz nació en Ordizia el 5 de diciembre de 1882. Fue desde muy niño tiple del coro parroquial.

Con el organista y director de coro, Francisco Garate, aprendió solfeo y canto. A partir de los 12 años fueron sus profesores Lorenzo Martínez y Cándido Elorza, que habían sucedido al anterior.

En 1899, a los 17 años, su padre le anima a ampliar sus conocimientos, desplazándose para ello a San Sebastián.

Allí tuvo por profesor al catalán José Rodoreda, director de la Banda de Música de San Sebastián y profesor de la Academia Municipal, con quien estudió armonía y composición.

En 1900 Luis Urteaga solicitó ser discípulo de Martín Rodriguez, organista en Besain, de excelente reputación, como yo mismo he podido comprobar examinando algunas de sus composiciones. Rodriguez le introdujo contrapunto, fuga y órgano, lo que le fue de gran provecho.

Martín Rodríguez en 1901 hizo oposiciones a la organistía de Balmaseda (Vizcaya), que estrenaba Cavaillé-Coll y ofrecía unos honorarios muy elevados. Se presentaron 21 aspirantes, pero Martín Rodríguez obtuvo la plaza y la ejerció hasta su muerte en 1961.

Lejos de desanimarse por el cambio de residencia de su profesor, Luis Urteaga optó por seguir siendo discípulo de Martín Rodríguez, para lo que también él se trasladó a Balmaseda, tanta era la admiración y estima que le profesaba.

En 1903, siendo ya un organista completo a la edad de 21 años, se presentó a las oposiciones para la organistía de Berastegi (Gipúzcoa).

Pese a competir con un buen número de candidatos, fue el escogido. En 1905, fue nombrado organista, director de coro y de la Banda Municipal de Zumaia, en donde permaneció unos quince años. En 1908 contrajo matrimonio con Loidi Pui; tendrán cinco hijos, entre ellos el compositor y organista Juan Urteaga Loidi

En 1919 Ildefonso Lizarriturri Aizpitarte, organista de la parroquia de San Vicente en San Sebastián, presentó su renuncia por motivos de salud. De inmediato Juan Muñoa, bienhechor de la parroquia, conocedor de las aptitudes de Luis Urteaga, intervino para que fuese elegido como sucesor.

Es el período en el que despliega todas sus dotes musicales, tanto como organista, como compositor y profesor de la Academia municipal de Música. Periódicamente impartía cursos en la Escuela Superior de Música Sagrada de Madrid.También fueron muchos los alumnos que recibieron clases particulares en su propia casa, incluso daba lecciones por correspondencia.

Las cualidades de Luis Urteaga como docente eran la amabilidad, humildad, y entrega sin reservas. Como compositor se prodigó en la música para órgano, coral y txistu. Gozaba de una excelente facilidad para la armonización de cualquier tema y destacó siempre como intérprete y brillante improvisador.

Hombre de profundas convicciones religiosas, sencillo, servicial y modesto, en los últimos años de su vida, padeciendo una dolorosa enfermedad renal, no dejaba de asistir a su puesto de organista en San Vicente. Sólo durante la última etapa de su enfermedad y la muerte, acaecida el 11 de abril de 1960, le impidió sentarse ante su estimado instrumento.
El recital de obras para órgano de Luis Urteaga se abre con el Allegro Maestoso en mi menor. Publicado en Leipzig e inédito en España, es una de las grandes obras del compositor. A un tema épico, le sigue otro en estilo fugado, que concluye con un final brillante y rotundo. La obra, no exenta de dificultades, nos muestra a un compositor con un claro dominio de los diversos recursos sonoros del órgano.

La Ofrenda al Beato Pio X es un conjunto de diez obras breves destinadas al culto. Destacaría la “Meditación” y la “Comunión” por su delicado intimismo cercano al impresionismo, la “Cantilena” por su amable carácter pastoril y el “Ofertorio” por su elegante solemnidad.

La Marcha Religiosa, también conocida como Fantasía Religiosa, editada primero en París y más tarde en Leipzig, es la obra más ambiciosa de Urteaga y tal vez la más divulgada. Exige claridad y refinamiento en la interpretación, a causa de cierta complejidad técnica y sonora. La Pastoral en forma de Canon sorprende no sólo por su lirismo, sino por el inteligente uso del tratamiento armónico.

La melodía deambula con tal libertad, que parece retar al canon en su definición como tal. La Pastorela en mi mayor, en su sencillez, bien pudiera ser la evocación bucólica de algún canto vasco, mientras que el Responso en mi mayor es una serena plegaria a la memoria de Claudio Debussy, como consolación ante la pérdida de este compositor, en la que puede detectarse ciertos atisbos de la primera frase del Dies Irae.

A Urteaga le gustaban los temas gregorianos, de los que se servía para dar rienda suelta a su inagotable caudal imaginativo, como la meditación Tu gloria Jerusalem, dedicada al padre Nemesio Otaño, a quien también dedicó su Final en re menor, de carácter solemne, publicado en Leipzig y que también ha permanecido inédita en España.

El órgano de la Iglesia de San Vicente fue construido en 1868 por Aristide Cavaillé-Coll. Tras algunas transformaciones, en el año 2000 se procedió a una completa restauración. Se trata de uno de los más hermosos e importantes órganos románticos de Guipúzcoa, destacando la belleza de su sonoridad, realzada por la excelente acústica de la iglesia gótica.

La interpretación de Esteban Elizondo es excelente por su pulcritud y su equilibrado gusto en el manejo de los registros, de la expresión y del fraseo.

Información obtenida de la revista de música clásica OPUSMUSICA

Con la participación de Ordiziako Txistulariak y Luis Alberto Aramburu al órgano y piano.

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