jueves, 27 de mayo de 2010

BERNARDO ALBERRO




BERNARDO ALBERRO ANABITARTE

Compositor y poeta

Nacido el 17 de abril de 1927 en Astigarraga, un accidente laboral le hizo perder la vista cuando contaba 16 años.


Como consecuencia de este accidente empezó a dedicarse a la práctica del acordeón participando en un concurso de ejecución instrumental en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, donde obtuvo el segundo premio.


En posteriores concursos a los que se presentó obtuvo igualmente destacadas clasificaciones.



Este compositor y poeta ha actuado en diversas emisoras radiofónicas guipuzcoanas y en escenarios teatrales como cantautor. Entre sus composiciones destacan el himno "Astigarraga" y las kalejiras "Astigarraga" y "Ergobia".

Bandas musicales de Ordizia, Oñate e Irun interpretan asiduamente varias de sus obras, entre las que destaca una dedicada al bastón blanco .

Los Ayuntamientos de Zalduondo (Araba) y Olaberria (Gipuzkoa) le han dedicado sendos homenajes.

Bernardo , músico popular, en gran medida autodidacta, ocurre como en todas esas ocasiones, en las que, la falta de perspectiva impide valorar al protagonista en sus justos términos.

Músico a pie de calle, acompañado de su inseparable acordeón, con el que, durante 35 años, recorrió todos los pueblos de Gipuzkoa menos uno; Orexa, como él mismo indica.
Actividad que le lleva a asegurar haber actuado en aquellos años en los que no había orquestas, en más de 5.000 bodas.

En el Arrieta de Olaberria, apostilla, «era fijo y en un mes llegué a cantar en 24 bodas».

Otra de las cuestiones que siempre llama la atención del prolífico compositor es su amplia obra; 62 canciones: composiciones de todo género; valses, rapsodias, villancicos, kalejiras, etc, música y letra, partituras puntualmente registradas en la Sociedad de Autores.

Precisamente, el celo en la salvaguarda de los derechos de autor por parte de la Sociedad General de Autores le permite a Alberro saber dónde han sonado sus composiciones.

Una comunicación puntual, sinónimo de liquidación, humilde, del copyrigth que le compensa en el amor propio ya que ese seguimiento le ha hecho saber que su Itxaropena Elkartearen kalejira, la más internacional de sus canciones, constituye la banda sonora de una película rodada, recientemente, en Argentina.

Alberro explica que se decidió a inmortalizar esa selección de obras porque «me pedían», sobre todo, desde las emisoras de radio que siempre han sido fieles a su trabajo, gente de muchos sitios, así como quienes recuerdan los versos de Arantzazu (Itxu baten gertakizuna).

«Hace 30 años grabé una cita con 14 canciones y ahora, ante tanta insistencia, dice, me decidí a volver al estudio de grabación».
Lo hicimos de una tirada. Música por un lado, letra por otro, pero sin repetir ni una sola pieza.

Quince canciones, «tan poco vas a poner todas», con una duración de de 57 minutos. Selección musical que contiene un poco de todo.

Canciones con historia

El CD comienza con Makil Txuriari, ese pequeño homenaje al bastón blanco que emplean los trabajadores ciegos de la ONCE, empresa en la que trabajó toda su vida. Precisamente, en Itxu baten gertakizuna, relata esa experiencia vital que a los 16 años, un accidente, en una obra, a punto estuvo de costarle la vida, accidente que finalmente le dejó ciego.

Una promesa ante la virgen de Aran-tzazu, le devolvió la vista, al menos en grado suficiente como para desenvolverse solo.


Acontecimiento, sinónimo de milagro, relata en el CD, que le llevó al oftalmólogo que le trataba; doctor Bidaur, a vestir los hábitos e ir a misiones, y a su enfermera, a ingresar en el convento de Segura; sor Cecilia.

La segunda pieza, Gure Axaria da, está dedicada a la sociedad local de caza y pesca, Azari, y la letra tiene cierta picardía, una segunda lectura.

La que fuera una de las calles más populares de la localidad; Asto Kale, que cuenta con el correspondiente himno, no podía faltar a la cita. Una obra, que como no podía ser de otra manera, apunta Bernardo, incluye el rebuzno del burro.

Exclamación gutural del pollino, voz del asno que dirían los entendidos, que de nuevo aparece en Astoa Pantxika, jumento que en su día fue muy popular en Eibar. Presentes, como no podía ser de otra manera, las loas al txakoli: Txakolinari y a la sidra: Gure sagardoa.

No hay que olvidar que el autor es nacido en Astigarraga, en el barrio de Ergobia, como siempre le ha gustado recordar y que en su localidad de origen permaneció hasta casarse. «No podía dejar fuera, remata, aquel circuito, tantas veces repetido, por las kupelas de Andoain, Urnieta, Usurbil y Astigarraga.

Y si de hacerse un hueco en esta selección musical se trata, no podía faltar, por supuesto, su tema de inspiración más fecundo: Euskal Herria, alusión y referencia a la madre patria, que recoge en: Etorri zaitez Euskal Herrira, Nere lurrari, Euskadi zure umea nahiz, y Bildu gaitezen. Bildu gaitezen, explica es una canción preciosa que incluye tres estrofas dedicadas a Euskadi, que, sin meterse con nadie, insiste, «aluden a cómo estuvimos, cómo estamos y cómo podríamos estar».

En, Euskadi zure umea naiz, Bernardo Alberro rememora aquel episodio de su vida que le llevó a Valensole, localidad francesa de la Costa Azul, donde por un momento pensó que ya no volvería a casa. La criba da cabida a Nere Donosti Maite.

Un zortziko, subraya el compositor, que le gustaba mucho al que fuera su gran amigo Lazkao Txiki.

Precisamente la recopilación musical da cabida a su vez a la obra: Lazkao Txiki eta ni, que recoge los dos versos que le dedicó al de Lazkaomendi, en la capilla de de San Juan de Ante Portalatina, en el aniversario de su fallecimiento, resumen las andanzas y vivencias compartidas con el genial, José Miguel.


«He querido incluir también un villancico», expone, «Gaur Belenera. Hay muchos que se cantan en euskera pero hasta que compuse éste, ninguno que hablara y aludiera a Euskal Herria». El CD concluye con Ordiziarrak, interpretado por una de las agrupaciones locales que más le ha apoyado, la Rondalla Laguntasuna.

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