martes, 19 de enero de 2010

ALTZAGARATE EN EL CORAZON DE LA CUADRILLA AURRERA

Siempre bella. Siempre dominante. Emergiendo como un faro entre el valle del Oria y el macizo de Aralar. Vigilando desde su altura el vado de Berostegi. Vigilando desde su altura los altos collados de Bostaizeta y Otañone, la ermita de Andra Mari de Altzagarate, los caseríos que la rodean, y la venta, marcan con nitidez una de las rutas más antiguas de la trashumancia en Gipuzkoa.



LA ERMITA DE ANDRAMARI EN EL 1915

Altzagarate constituye sin lugar a dudas uno de los balcones naturales más extraordinarios de nuestro territorio. Allí está Izazpi, la montaña a cuyos pies se encuentra la iglesia de Santa María de Zumárraga; Allí está Murumendi, la cumbre de los conjuros y las tormentas; Allí está Aratz, el macizo que guarda el famoso "Paso Horadado" lejos, en la base de Gazune, el collado de Zelatun, donde la de San Adrián; Allí está Aizkorri, con su cima rocosa dominada por la ermita del Santo Cristo, mientras a sus pies se recoge el santuario de Arantzazu. Más leyenda hizo luchar a vascos y romanos en el famoso combate de los "trescientos". Enfrente, los caminos de losas negras de Santa Cruz de Urkia.





En esta iglesia se guarda en el retablo principal la imagen de Nuestra Señora de Altzagarate, preciosa talla de los siglos XIV-XV, de algo más de medio metro de altura, aunque por ciertos rasgos de su figura y ropas podríamos atrevernos a hacerla más antigua.


El altar en que está colocada data de finales del siglo XIX.


A un lado de la figura de Andra Mari destaca la imagen de San Sebastián. Es un San Sebastián originalísimo, un poco gordito, con una barba y bigote muy bien marcados, y recibiendo los flechazos en su cuerpo como si tal cosa, con las manos unidas bajo la cintura.

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