Monasterio de Santa María la Real de Iranzu
El monasterio de Iranzu está situado en un inigualable entorno histórico-artístico, de origen cisterciense y cuya construcción se prolonga desde el siglo XII hasta el XIV. Situado en el municipio Abárzuza (Navarra), muy cercano a la ciudad de Estella.
En euskera Iranzu significa"helechal
El establecimiento de los monjes cistercienses de San Bernardo en Iranzu data de 1176. Surgió tras la donación de los terrenos de Iranzu por parte del obispo de Pamplona D. Pedro de París, natural de Artajona, a su hermano Nicolás, para que allí fundara un monasterio de su orden.
Monasterio de Irache
El Monasterio de Irache se encuentra ubicado, no por casualidad, en un lugar privilegiado en cuanto a románico se refiere. Se sitúa junto al pueblo de Ayegui, a muy poca distancia de Estella y en el Camino de Santiago .
El ábside central es un prodigio de elegancia, sentido de la verticalidad y decoración armoniosa. Se accede a esta parte de la iglesia a través de un arco triunfal doblado y de perfil muy agudo, tras el que aparece el presbiterio abovedado con cañón apuntado y luego el propio ábside cubierto por bóveda de cuarto de esfera.
El ábside central lleva potentes contrafuertes que forman siete calles o paños animados por tres ventanales en la parte central (con doble arquivolta) y óculos en la superior. Más arriba corre un friso de arquillos murales trilobulados que caen sobre ménsulas esculpidas a modo de canecillos y más arriba, sosteniendo el alero, aparece la corona de canecillos propiamente dicha.
Los ábsides laterales son bastante más pequeños y austeros. Tiene columnas entregas y en el centro del semitambor hay sendos ventanales
Monasterio de la Oliva
Su amplia iglesia, que es uno de los más genuinos ejemplos del arte cisterciense de España, el claustro gótico, la sala capitular y la capilla de San Jesucristo le descubrirán la importancia artística de este monasterio, construido en los siglos XII y XIII, en el que resulta fácil pasar las horas en tranquila y permanente meditación.
Los sólidos muros de piedra del monasterio de La Oliva atesoran siglos de historia y arte: un oasis de paz y tranquilidad. La Oliva, uno de los tres monasterios que se conservan en la Ribera de Navarra, es la actual morada de 26 monjes cistercienses a quienes se puede ver, vestidos con túnicas blancas, paseando y orando por el claustro .
Su visita le permitirá descubrir el valor del silencio, pero también la sonoridad de las liturgias diariamente cantadas por los monjes en lengua vernácula.
San Miguel de Aralar
San Miguel es uno de los centros de espiritualidad más conocidos de Navarra y lugar de leyendas como la de Teodosio de Goñi. Se cuenta que en el valle navarro de Goñi vivía en el siglo VIII don Teodosio, señor de la comarca. A su vuelta de la guerra con los árabes, se encontró en el camino con un diablo disfrazado de ermitaño, quien le contó que su mujer le había estado engañando con un criado. Al llegar a casa, Teodosio atravesó con su espada a la pareja que yacía en su cama, sin percatarse de que eran sus padres.
Como penitencia, el papa le condenó a caminar por los montes cargando una cruz y atado con unas cadenas hasta que éstas se rompieran. Vagando por la Sierra de Aralar, un día se le apareció un dragón y Teodosio invocó a San Miguel, que mató a la bestia y lo liberó de sus cadenas. Allí mismo, Teodosio erigió el santuario en el que se guardan las cadenas y se venera la reliquia de San Miguel.
Toda la sierra de Aralar es un paraíso para los amantes del paseo y del senderismo: a un lado de la sierra se encuentran la Vía Verde del Plazaola, el paseo que lleva al nacedero del Larraun o la visita a las cuevas de Astitz, y al otro, la Barranca, con las rutas de los dólmenes y localidades como Uharte Arakil, famosa por su concurso de perros de pastor y desde la que también se puede acceder al santuario por una pista. En invierno, si nieva en abundancia, se puede practicar el esquí de fondo.
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